DÍA DE ÁFRICA
Auditorio del Cicus · 20h
25 de mayo
Con motivo del Día de África, celebramos, junto con su equipo, los 15 años del Festival de Cine Africano de Tarifa. Un recorrido por las películas que han sido protagonistas a lo largo de estos 15 años, y una exposición fotográfica que, además de ser un homenaje al cine y a la tradición fotográfica, es una forma novedosa e ingeniosa de transmitir a las nuevas generaciones la importancia del reciclaje, y de salvaguardar el medioambiente.
15 AÑOS DE FCAT
(Moufida Fedilha, Francia, Qatar, Túnez, 2017, 23 min, V.O.S.E.)
Aya, una niña muy lista, vive en Túnez con sus padres salafistas. Yusef, su padre, no tiene más remedio que obligar a su madre a llevar niqab. Pero un buen día, un acontecimiento inesperado trastornará el destino de la familia.
(Christophe Rolin, Marc Recchia, Pape Bouname Lopy, Bélgica, Luxemburgo, Senegal, 2017, 25 min, V.O.S.E.)
Un pescador senegalés llamado Matar encuentra un pasaporte belga en una playa de Dakar y decide utilizarlo. De camino, conoce a N’Zibou, un sabio loco que mide las nubes. Este le pregunta a Matar por su búsqueda de la identidad. Un buen día, Matar desaparece.
(Ahmed Fawzi Saleh, Egipto, Francia, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, 2018, 70 min, V.O.S.E.)
Mejor largometraje de ficción 2018 · Festival de Cine Africano de Tarifa
Saqr quiere huir del mugriento barrio de curtidores egipcios donde vive y trabaja, pero su hermana Taheya quiere impedirlo como sea. Cada día le prepara y lleva la comida para demostrarle que sin ella, se moriría de hambre. Debajo del hiyab recorre las callejuelas estrechas cruzadas por alcantarillas donde apenas penetra la luz del sol. Entre las pieles tendidas y las mulas cargadas, un chamán la observa en silencio y la ayudará a impedir que su hermano se marche.
EXPOSICIÓN · ME MONTO MI PELÍCULA
Fotografías de Sandrine Balade y Joël Cubas
Proyecto en colaboración con los niños del barrio de Ouidi (Ouagadougou, Burkina Faso)
Hasta finales de los años ochenta, en África occidental estaba muy extendida la costumbre de hacerse fotografías en blanco y negro delante de decorados de lo más variados: la puerta de embarque a un avión, una casa moderna y equipada, un paisaje urbano imaginario… Las poses no eran estáticas, sino que las personas actuaban en la escena: enseñaban su billete de avión, hablaban por teléfono o montaban en una flamante motocicleta.
Casi treinta años más tarde, y coincidiendo con el Festival Panafricano de Cine de Ouagadougou, dos fotógrafos vuelven a utilizar la misma técnica de antaño, pero esta vez evocando distintas profesiones del mundo del cine. Para ello, construyeron in situ los objetos y el vestuario, utilizando material reciclado, dándole nueva vida a objetos que habían perdido su función. Luego pasaron al trabajo con los jóvenes y niños del barrio de Ouidi: con mucha complicidad e implicación, los pequeños vecinos de Ouagadougou participaron en este proyecto no solo como protagonistas de las imágenes, sino también en la creación de decorados.
Con la colaboración de