ESTRÉNATE 2016 · Cía. Solos · PAULINA
20h · Auditorio Cicus · 5€ entrada general y 3€ comunidad universiataria de la Universidad de Sevilla y alumnos de la ESAD-Sevilla. Desde 2h antes en el CICUS.
Una adaptación de “La casa de la fuerza” de Angélica Liddell
Dirección Jessica Walker
Interpretado por Clémence Caillouel
Creado en el Teatro Laboratorio de Barcelona
Fotografía Ulises Fontana
Paulina Elizabeth Lujan Morales tenía 16 años en 2008 fue raptada, violada y asesinada en el Estado de Chihuahua, en México, justo en la frontera con Estados Unidos.
Paulina, como otras miles de mujeres, fue víctima del feminicidio mexicano. Mujeres matadas por el solo hecho de ser mujer. Miles de mujeres asesinadas en la más extrema violencia y bajo el silencio de la impunidad. La impunidad de un sistema policial y judicial que llega al extremo de esconder los cuerpos y fingir buscarlos. Allí conviven los factores que han llevado a este paroxismo de violencia: una gran cantidad de mujeres jóvenes, trabajando en maquiladoras; la dominación de los narcotraficantes; y una corrupción generalizada.
Pero por supuesto uno los grandes responsables es también el machismo y la sociedad patriarcal mexicana, que ha llegado a culpar a las mismas mujeres de la violencia que se ejerce en su contra, ya sea por su manera de vestir o por su comportamiento en la sociedad.
Paulina, como muchas de estas mujeres, trabajaba en una maquiladora. Una empresa estadounidense más que se aprovecha de mano de obra femenina y barata, localizada en el norte de México por la necesidad de un sueldo y las perspectivas que lo acompañan.
Paulina fue raptada, violada y asesinada el 12 de marzo de 2008. Nunca recibió justicia.
Es su voz la que nos guía a través de este solo. Su testimonio se torna en un viaje por la violencia. Pero no sólo por la violencia de la sociedad mexicana, sino también por la nuestra, la que conocemos aquí en Europa. Esa que puede afectar, o afecta ya, a tu amiga, a tu hermana o a ti misma. Un viaje por la violencia de género: física y moral.
Pero también un viaje por la soledad, el desamor y nuestra insaciable necesidad de ser amados.
Un viaje por la barbarie. Una barbarie que no pertenece solamente al pueblo mexicano.
Para acercarnos a esta barbarie –‐aunque inicialmente puede parecernos tan lejana–‐, y para dejarnos tocar por ella, este solo nos habla del dolor individual para llegar a abordar un dolor más universal.
Angélica Liddell escribe: “Cuando hablo de mi despecho en La casa de la fuerza no es por narcisismo, sino para acabar hablando de las mujeres asesinadas de Ciudad Juárez: la sensibilidad va siempre de lo personal a lo colectivo”.